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sábado, 6 de noviembre de 2010

El negocio de las industrias discográficas

El músico Luis Alberto Spinetta dijo en octubre de 1996 en el manifiesto “El disco y el tiempo” que “la polución y la contaminación de este planeta no es sólo aquello que afecta a los ecosistemas, también es lo que late en los cerebros envenenados que restringen la creatividad, sólo para ambicionar aun mayor poder”.

Estas palabras surgieron luego de que el cantautor ofreciera, junto a su conjunto “Luis Alberto Spinetta y Los Socios del Desierto “, una serie de conciertos en el teatro Ópera. El disco que presentaron estuvo años sin poder ser editado porque las discográficas no respetaban su estilo artístico y no podían llegar a un acuerdo razonable, sobre todo, para los músicos. Fue así como Spinetta decide pronunciar estas duras palabras hacia las empresas que sólo quieren hacer negocios con el arte de la música.

El texto fue escrito hace más de 10 años, sin embargo, estos inconvenientes siguen siendo un problema para los artistas de hoy. No se respeta el orden de los temas que propone la banda, se cambia el arte de los discos, se reeditan sin consultar a los artistas y se cambian las fechas de lanzamiento, entre otras irregularidades. Esto trae como consecuencia el perjuicio de aquellos futuros compradores y consumidores de la música que deja millones de dólares a las compañías.

A pesar de estas cuestiones y negocios injustos, los músicos no ven otra opción que transar con las empresas de discos para obtener la fama deseada. Las discográficas se transforman en el único medio efectivo para lograr el reconocimiento de las bandas y que los músicos puedan vivir de lo que aman, la música.

Por otro lado, se puede pensar que, gracias a la tecnología y el uso de Internet, las compañías están perdiendo poder. Las descargas ilegales y clandestinas son más recurrentes que la compra de los discos originales. El público prefiere descargar desde la web canciones a gusto y placer, al hecho de gastar dinero en un álbum completo, considerando que el precio de los disco compactos aumentaron cuantiosamente.

La Federación Internacional de Industrias Fonográficas (IFPI) ha publicado que, por cada descarga legal, en la Red se generan otras 40 ilegales. Es por ello que, aunque el líder dominante de ventas de música online, el servicio iTunes de Apple, controle el 70% de este mercado, en realidad apenas controla una pequeña porción del total de descargas
online de todo el mundo. Analizando esta situación, las principales discográficas como EMI y Universal, asumieron la desventaja en la que se encuentran y decidieron unirse a este mecanismo.

Hay estadísticas recientes que demuestran que las empresas de discos pierden ventas en el mercado convencional de música. Mientras que en 2007 17 millones de personas adquirieron al menos un disco compacto dejaron de hacerlo en 2009. Los adolescentes y las personas de más de 50 años fueron las que, en mayor medida, abandonaron este formato. El informe agrega, además, que el año pasado 36 millones de personas compraron música a través de la Red, 8 millones más que en el 2007, y entre todos adquirieron 1.500 millones de temas. De la misma forma, los servicios que ofrecen música en streaming multiplicaron las cifras de seguimiento.

Este nuevo modo de difusión de música permite que las bandas puedan dar a conocer su trabajo, incluso aquellas que recién comienzan sus carreras y no poseen el dinero para invertir en publicidades o discos de gran calidad. Por lo tanto, subir temas musicales a Internet resulta una alternativa interesante para promocionarse.

Continuando con el manifiesto de Spinetta, agregó con respecto a este negocio que es su “obligación como padre la de advertir, a todos los pibes que hacen buena música, de las trampas que les esperan y alentar en ellos el valor que necesitarán para sortearlas”. Sin embargo, hay grupos musicales que no supieron resistir a los manejos de las compañías y con el tiempo cambiaron su esencia. Si uno analiza bandas argentinas como “Massacre” o “Catupecu Machu”, sus comienzos fueron más libres y desprejuiciados. Sus letras estaban más aliadas a la libre expresión que al comercio musical. El estilo que ejecutaban no es el mismo que el que realizan hoy. Era un rock más sincero y natural el que atrapó a los seguidores que los hicieron posicionar dentro del ranking de la música nacional.

A pesar de esto, parece que las compañías lograron captar la atención de los músicos y desviarlos del camino por el cual empezaron a andar. ¿Será que es justamente esto lo que provoca que el público deje de lado estas bandas y consuman online aquellas que no negocian con las discográficas? Replantear esto puede ser la alternativa a la polución y contaminación que envenena y coarta la creación de los artistas.

Al fin y al cabo, lo que se busca es que no se destruya “el campo donde florecerán las nuevas generaciones de músicos argentinos."

jueves, 16 de septiembre de 2010

La teoría de los “seis grados de separación”


El dicho popular “el mundo es un pañuelo” está demostrado con teorías matemáticas y las redes sociales se encargan de comprobarlo.

Doña Elsa vive en Avellaneda y es vecina de Marcos. Marcos estudia Biología con Esteban. Esteban es primo de Verónica. Verónica es amiga de Patricia. Patricia fue a la misma escuela que la princesa Máxima Zorreguieta. La princesa Máxima compartió una cena con el Rey de España. O sea, Doña Elsa y el Rey de España están unidos por tan sólo cinco personas.

Relaciones como estas se generan a cada segundo en todo el planeta y queda confirmado matemáticamente en la teoría de los “seis grados de separación” la cual se basa en la idea que el número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en una cadena de personas, y sólo un pequeño número de enlaces son necesarios para que el conjunto de conocidos se convierta en toda la población humana del universo.

Aunque la teoría fue propuesta en 1929 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy en una historia llamada Chains, en la década de los 50, Ithiel de Sola Pool y Manfred Kochen, se propusieron demostrar la hipótesis matemáticamente. Comenzaron con el siguiente enunciado "dado un conjunto de N personas, ¿cuál es la probabilidad de que cada miembro de estos N estén conectados con otro miembro vía k1, k2, k3, kn enlaces?". Luego de 20 años de estudios no pudieron demostrarlo pero, en 1967, el psicólogo estadounidense Stanley Milgram lo planteó de un modo diferente que llamó “el experimento del pequeño mundo”. Este ensayo consistió en la selección al azar de varias personas del medio oeste estadounidense para que enviaran tarjetas postales a un extraño situado en Massachusetts. Los remitentes conocían el nombre del destinatario, su ocupación y el lugar de residencia aproximado. Se les indicó que enviaran el paquete a una persona que ellos conocieran directamente y que pensaran que fuera la que más probabilidades tendría de conocer al destinatario. Esta persona tendría que hacer lo mismo y así sucesivamente hasta que el paquete fuera entregado personalmente a su receptor final. Como resultado, de observó que la entrega terminal llevó como promedio tan sólo de cinco a siete intermediarios por lo que la teoría se llamó, desde ese entonces, “seis grados de separación”.

En la actualidad, esta tesis se hace cada vez más visible en las redes sociales, ya sea Facebook, Twitter, Messenger o blogs. Y, justamente, las nuevas tecnologías inspiraron a profesores de la Universidad de Columbia para volver a comprobarlo pero, esta vez, vía e-mails que fueron enviados a 100 millones de personas bajo el slogan "¿Puede cualquiera en el mundo alcanzar a cualquier otro a través de una cadena de solo 6 amigos o contactos? Con su ayuda, intentaremos descubrirlo".

Lo explicó en una oportunidad el Licenciado Adrián Paenza: “Si alguien saludó alguna vez a Maradona, por ejemplo, y este le dio la mano al Papa, esto quiere decir que aquel que saludó a Maradona está en grado dos con el Papa”. O sea, Doña Elsa y el Rey de España están a cinco grados de separación.

martes, 20 de abril de 2010

Historias sencillas

La medicina hecha sainete

Carlos Bueno, 65 años, médico y escritor. Nació en Pérez Millán, provincia de Buenos Aires, pero instalado hace varios años en Mercedes. Su hobbie de escribir guiones teatrales se convirtió en algo más que eso, es un fenómeno en su ciudad y en otras provincias.

¿Cuándo comenzó a escribir?
Dr. Bueno:- Comencé desde muy chiquito. Recibíamos las revistas de cómics, las disfrutaba mucho leyéndolas. Pero después empecé a hacer mis propias historietas. Dibujaba los personajes, los globos con los parlamentos, todos los detalles. Así que se podría decir que arranqué con esta tendencia a escribir a los siete u ocho años.

¿Qué es lo que hoy lo motiva a realizar guiones de teatro?
Dr. Bueno:- Son como compulsiones, es difícil precisar si hay un factor determinante. Así como el que hace cuadros o música, por un determinado momento siente una compulsión. Por supuesto siempre hay un elemento de inspiración que sirve para vehiculizar esta compulsión.

Generalmente, en las historias que cuenta, algún personaje es médico o tiene una enfermedad que resulta graciosa, en el momento de escribir, ¿se posiciona como médico, como paciente o sólo como público?
Dr. Bueno:- Yo me ubico escencialmente como público. Las historias que escribo en un inicio fueron para las fiestas del Día del Médico que después se transformaron en obras de teatro hechas por un grupo de médicos, músicos y artistas teatrales, llamado “Medicalísima”. Por eso sentía la obligación de escribir sobre medicina. La primera obra se llamó “No saque turno esta tarde, el consultorio está que arde” y en el segundo sainete, que era gauchesco, aparece la figura de una curandera reemplazando la figura del médico.


¿Algunas de las situaciones surgen de anécdotas propias o de otros colegas?
Dr. Bueno:- Sí, hay pequeñas expresiones de tipo gauchescas como “¡Se le saltaban las venas pa´juera!” que yo escuchaba en las salas rurales, en las cuales trabajé por quince años, y las apliqué a los textos. Pero hay algo central, yo escribo con sentido humorístico, nada dramático. Me encanta la comedia y el sainete. Siempre escribí cosas para hacer reír.

Ya que sus obras están pensadas para ser representadas por médicos, ¿usted considera que cualquier otro actor puede encarnar estos personajes?
Dr. Bueno:- Cualquier actor lo podría hacer, pero ellos tienen un valor muy grande porque me hacen el honor de poner en las tablas los textos que yo escribí. Por eso, a mis amigos y compañeros de teatro, los llevo en el corazón. Para mí es un gran honor que ellos me acompañen en estas cosas.

Seguramente, las obras tienen gran repercusión en la ciudad porque sus mismos pacientes los van a ver en un rol totalmente diferente al habitual…
Dr. Bueno:- Sí. Como te comenté, la primera vez fue en la fiesta del médico pero después trascendió y las enfermeras y administrativas empezaron a presionar para hacer esto mismo en el Teatro Argentino de Mercedes que tiene doscientas cincuenta localidades. Fue así que hicimos una primera presentación. Era un sainete de una hora y cuarto. Pensábamos que íbamos a llenar medio teatro apelando a parientes, amigos y gente que nos debía plata (risas). Pero sucedió un fenómeno, una explosión, la gente no conseguía entradas para ver Medicalísima. Terminamos dando diez funciones y, el último día, dos funciones seguidas. Las obras subsiguientes mantuvieron la adhesión de la gente que siempre nos premió muchísimo con los aplausos y los elogios en la calle y en el consultorio.

Imagino que esa debe ser una de las satisfacciones que le da el hecho de escribir…
Dr. Bueno:- El escribir un texto, para mí, siempre significó un placer. Después si eso tiene alguna trascendencia, mucho mejor. Dos de mis sainetes están dando vueltas en el Sur, en Santa Cruz. Hace un tiempo vino gente de Caleta Olivia, pasaron por Mercedes y nos decían que están ensayando la primera obra que escribí. Ya habíamos ido con mi señora a ver este grupo de jubilados que representaron una de mis comedias gauchescas y el intendente del lugar me entregó una placa y una bandera de la provincia. Fueron muchos homenajes. Esa trascendencia me llena de satisfacción.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Dr. Bueno:- El próximo proyecto es una comedia, que había escrito hace bastantes años pero, como es muy extensa, la alargué y fraccioné en cinco programas de radioteatro. En eso estamos ahora, ensayando esta miniserie radial. 